El 15 de septiembre se presentó el libro Ciudad Rodrigo. Imágenes para el recuerdo, publicado por la editorial británica Amberley, especializada en libros gráficos de gran formato, algo que en la jerga de la profesión recibe la denominación de coffee table books. Son libros para regalar y mirar, quizá varias miradas al mismo tiempo, no para leer. La obra recoge 150 imágenes de las tres primeras décadas del siglo XX y fueron realizadas por Agustín Pazos Pérez (1880-1949), el primer fotógrafo profesional que tuvo la ciudad vecina, donde la Asociación de Fotógrafos Aficionados tiene previstos nuevos volúmenes en la misma línea.
Ciertamente me produce una sana envidia con respecto al patrimonio editorial bejarano. No tenemos libros de esas características. Las primeras fotografías bejaranas datan de 1868, tres décadas antes que en Ciudad Rodrigo, y hemos tenido magníficos fotógrafos. Antonio Sánchez tiene un magnífico blog (http://documemtosdebejar.blogspot.com) donde por primera vez estamos conociendo nuestro patrimonio fotográfico con amplitud, no sólo aquellas viejas postales que tanto han circulado ni el fondo de armario con que cuenta el archivo del semanario Béjar en Madrid y que con recurrencia nos muestra. Ninguna población de la provincia produce más libros que Béjar, pero también de forma tan dispersa. No existe ningún Archivo Fotográfico local ni parece que sea labor de ninguna institución. Y sin embargo todos sabemos que en Béjar existen mágníficas colecciones privadas de fotografías que cuentan la historia de la ciudad a lo largo del siglo XX.
Es una desidia más de las que afectan al patrimonio bejarano en general.
En su día propuse al Excmo. Ayuntamiento, el crear el “Archivo fotográfico y documental de Béjar”, con sede de consulta en el Convento de San Francisco y cuyos fondos se depositarían en la Filmoteca Regional de Castilla y León con sede en Salamanca, para su custodia y conservación.
ResponderEliminarEl depositante no perdería la propiedad del depósito y conseguiríamos desempolvar el baúl de la abuela que deteriora y apolilla lo que contiene.
Infringiríamos esta ley tan bejarana de atesorar imágenes sobrevalorando estas y negándoles la luz, siendo su mayor valía, la divulgación y el estudio. Patrimonio de todos.
“Tengo una foto de… ya te la enseñaré”. Y luego nada.
He conseguido que algún bejarano me dejara copiar esas imágenes para mostrarlas en el blog para deleite de muchos.
Desde aquí hago otra llamada a quien corresponda para realizar este archivo que con voluntad y poco más saldría adelante.