Había una exposición de productos nativos en la quinta planta del recién inaugurado nuevo centro comercial de El Corte Inglés en Salamanca. El episodio decía llamarse "Salamanca singular". Creí que sería un gran montaje en la ostentosa plaza de la Concordia, pero sólo allí comprobé que era dentro del edificio. Entre los tópicos habituales, embutidos, dulces, conservas, botijos, había libros. No sabía yo que los libros interesaran al público. Los había de la Universidad, incluso algunos que había hecho yo, pero también de otras instituciones e incluso editoriales. También había libros sobre algunas poblaciones salmantinas, mayoritariamente la propia capital, pero también Ciudad Rodrigo, la Sierra de Francia o las Arribes. No todos eran guías. Había libros literarios, sobre historia o etnografía. En fin. Ninguno de Béjar. Ni por asomo. Menos mal que allí estaban, en vivo, los hombres de musgo, paseándose entre los colchones y los juegos de sábanas.
domingo, 4 de octubre de 2009
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