¡Qué lástima ese nombre que le han puesto al festival de rock duro, Abejarock! Lo supongo un intento de mezcla de la simbología local de la abeja y el estilo musical. Ahora bien, si se buscaba una simbología, la más adecuada para sintonizar con el rock duro, alternativo, constrasocial, hubiera sido magnífico jugar con las palabras y acabar en el abejorro, y no en la abeja, con lo que la anfibología del término hubiera sido perfecta. Ya hubo una revista estudiantil con ese nombre, en la Escuela de Ingenieros.
Qué duro es a veces pararse un momento a pensar.
Qué duro es a veces pararse un momento a pensar.