Encontré un tríptico turístico de la Junta de Castilla y León que ya tenía un cierto atraso. Era de la campaña de la Semana Santa y yo lo leía en septiembre. No era gran cosa. Se refería a las "Sierras del Sur" de las provincias de Ávila y Salamanca. ¿Qué carajo será eso? Se reinventan el mundo cada vez que les da la gana, por aburrimiento, por no decir siempre lo mismo, por originalidad. Lo que toda la vida fue el Sistema Central, según la geografía escolar, o Gredos y sus estribaciones, según las guías de montañeros, ahora son las "Sierras del Sur". Miro el mapa, que va de Ciudad Rodrigo a Ávila, pasando por La Alberca, Béjar y Piedrahíta, pero no por Barco de Ávila, lo que resulta sorprendente y desconcertante. Y el abismo por debajo de esa difuminación en que el plano se queda suspenso en el aire. No hay nada más allá del límite inferior de ese desplegable. El abismo espera al que pretenda ir más abajo. No existe Baños de Montemayor, ni las Hurdes, ni Hervás, ni el Jerte, ni la Vera más allá de Cuevas del Valle, abulense. Cáceres debe ser otro país, ignoto y enemigo, del que no damos señales de existencia ni merece la pena conocer. El rival. La competencia. La barbarie oscura de los confines de la tierra.
Y luego decimos que si los vascos o los catalanes.
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