Con ésta ya son doce las ediciones en las que los veranos de la ciudad salmantina de Béjar han acogido la celebración de su ya consolidado festival internacional de blues, que ha ido cambiando de nombre a lo largo de los años hasta parar en este de Transblues con que desde el año pasado se da a conocer, denominación que está vinculada a su relación con el festival hermano que se celebra en la portuguesa ciudad de Guarda en estas mismas fechas.
Por el escenario bejarano han pasado en años anteriores nombres legendarios del género como Buddy Miles, Poppa Chuby, Joe Turner, Canned Heat, Yardbirds, Dr. Feelgold, John Lee Hooker Jr., Maceo Parker, Anna Popovic o The Fabulous Thunderbirds, o los nacionales Ñaco Goñi, J. Teixi Band, Burning, Javier Vargas o Raimundo Amador, que repite este año.
El festival tuvo su preámbulo en el tradicional curso de aprendizaje de blues que se celebró durante tres días en el mes de junio, en el que los aficionados tienen la posibilidad de iniciarse en la interpretación blusera y además participar luego en jam sessions con los maestros.
Tras su presentación la semana pasada, con concierto incluido, en Madrid y Valladolid, el martes abrió fuego a las diez de la noche en el Teatro Cervantes el quintento lisboeta de bluegrass Stonebones & Bad Spaghetti, que se atrevió a llevar a su territorio el Caravan de Duke Ellington. A medianoche subieron al escenario del Café La Alquitara los extremeños Guitar Not So Slim con un repertorio del mejor blues eléctrico de Chicago.
El miércoles nos trajo el jazz de Nueva Orleans del saxo de Jesse Davis Quartet con un repertorio neobop que caminaba entre Charlie Parker, Sonny Stitt y Cannonball Adderley. Por la noche, en las tablas de La Alquitara fueron Luca Giordano y Quique Gómez, europeos emigrados a Chicago, quienes completaron la jornada.
Ayer jueves era el turno del instrumento más blusero, la armónica del norteamericano Greg Izor, que se subió al escenario del Cervantes respaldado por el quinteto español de los King Bee, dentro de la gira en la que está presentando su primer disco, I Was Wrong. Por la noche, repitieron Luca Giordano y Quique Gómez en La Alquitara.
Mañana viernes el festival se traslada a la plaza de toros de El Castañar para comenzar las dos jornadas grandes y más intensas, con seis horas en cada una de ellas de blues inacabable arropados por los castaños, las estrellas y el espíritu de Robert Johnson.
Por el escenario bejarano han pasado en años anteriores nombres legendarios del género como Buddy Miles, Poppa Chuby, Joe Turner, Canned Heat, Yardbirds, Dr. Feelgold, John Lee Hooker Jr., Maceo Parker, Anna Popovic o The Fabulous Thunderbirds, o los nacionales Ñaco Goñi, J. Teixi Band, Burning, Javier Vargas o Raimundo Amador, que repite este año.
El festival tuvo su preámbulo en el tradicional curso de aprendizaje de blues que se celebró durante tres días en el mes de junio, en el que los aficionados tienen la posibilidad de iniciarse en la interpretación blusera y además participar luego en jam sessions con los maestros.
Tras su presentación la semana pasada, con concierto incluido, en Madrid y Valladolid, el martes abrió fuego a las diez de la noche en el Teatro Cervantes el quintento lisboeta de bluegrass Stonebones & Bad Spaghetti, que se atrevió a llevar a su territorio el Caravan de Duke Ellington. A medianoche subieron al escenario del Café La Alquitara los extremeños Guitar Not So Slim con un repertorio del mejor blues eléctrico de Chicago.
El miércoles nos trajo el jazz de Nueva Orleans del saxo de Jesse Davis Quartet con un repertorio neobop que caminaba entre Charlie Parker, Sonny Stitt y Cannonball Adderley. Por la noche, en las tablas de La Alquitara fueron Luca Giordano y Quique Gómez, europeos emigrados a Chicago, quienes completaron la jornada.
Ayer jueves era el turno del instrumento más blusero, la armónica del norteamericano Greg Izor, que se subió al escenario del Cervantes respaldado por el quinteto español de los King Bee, dentro de la gira en la que está presentando su primer disco, I Was Wrong. Por la noche, repitieron Luca Giordano y Quique Gómez en La Alquitara.
Mañana viernes el festival se traslada a la plaza de toros de El Castañar para comenzar las dos jornadas grandes y más intensas, con seis horas en cada una de ellas de blues inacabable arropados por los castaños, las estrellas y el espíritu de Robert Johnson.
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