Ayer vi juntos en fotos en la prensa al Hombre de Musgo y a Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León. Se habían saludado en plan comunero en las campas de Villalar, ese lugar de derrotados. La última vez que se me apareció el Hombre de Musgo fue en septiembre pasado, en la inauguración de la sucursal salmantina de El Corte Inglés. De día en día se le ve más más desenvuelto en los saraos sociales y festivos, hecho un hombre de mundo y cada vez más cerca de convertirse en un friki turístico.
No somos capaces de entender el patrimonio si no es convirtiéndolo en espectáculo turístico.
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