jueves, 31 de marzo de 2011

La tolerancia, según Martín Mateos

El odio al judío crece en España por la crisis económica JUAN G. BEDOYA - Madrid - 31/03/2011
"No se están haciendo los deberes y la consecuencia es un peligroso crecimiento del antisemitismo". Es la queja de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) y del Movimiento contra la Intolerancia. Según un informe presentado ayer, España figura a la cabeza de la UE en actos violentos y manifestaciones de odio a los judíos, con un incremento constante por la crisis. "Los judíos tienen mucho poder porque controlan la economía y los medios de comunicación", concluye una encuesta encargada por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Lo piensa el 58,4% de los consultados. Más de un tercio (34,6%) tiene una opinión "desfavorable o totalmente desfavorable" de esa comunidad, que en España apenas suma 40.000 personas. El estudio se realizó sobre 1.012 entrevistas a mayores de 15 años. Estos datos avalan otros de una encuesta entre escolares realizada hace un lustro, según la cual la mitad de los estudiantes no querría tener a un chico judío como compañero de pupitre. Curiosamente, es la extrema derecha la que menos rechazo tiene por las comunidades judías (un 34%, frente al 37,7% entre quienes se declaran de centro izquierda). "Si estos datos son correctos, España sería un caso único en Europa, y el país tiene un verdadero problema", destacó el presidente de la comunidad judía, Jacobo Israel Garzón. El responsable del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, subrayó esta percepción con una queja contra el Gobierno, por incumplir el compromiso ante la UE de reformar el Código Penal y castigar el odio racial o antisemita en cualquier manifestación. © EDICIONES EL PAÍS S.L. - Miguel Yuste 40 - 28037 Madrid [España] - Tel. 91 337 8200


Hasta ahí la noticia. Probablemente no haya ningún judío viviendo hoy en Béjar, y sin embargo habrá, a tener de tales encuentas, bejaranos antisemitas que les culparán de exceso de poder, usura y posiblemente hasta de la muerte de Jesús, por más que el Papa haya negado tal permanente acusación a través de la Historia. No hay solución, salvo la educación: tuvimos en Béjar un filósofo muy querido en su tiempo que propugnó, enseñó y practicó ese bien social que es la tolerancia hacia el otro, y todas las circunstancias del otro. Hoy el antisemitismo es de izquierdas. Igual da. El odio hacia la minoría muta de lugar pero es igual de pernicioso.

Dura pero digna tarea la del Museo Judío David Medul si sobrepasara los límites del encanto histórico y pusiera en horario escolar la práctica de la tolerancia. Pero también el Ayuntamiento, la Diputación, los centros educativos, los partidos políticos, los entes culturales, los medios de comunicación.

En Béjar, somos hijos de don Nicomedes Martín Mateos.

sábado, 19 de marzo de 2011

Sanbéjar de Barrameda

“Localidad costeña salmantina, famosa por sus langostinos y sus paños finos”.

viernes, 18 de marzo de 2011

Bexarografía

“Radiografía de la actualidad bejarana hecha mediante redes sociales y trolls, que siempre ve males incurables”.

lunes, 14 de marzo de 2011

Patriletras

José María Blázquez de Pedro, Patriletras, tenía una librería justo por debajo de los portales de Pizarro. Allí editó algunos periódicos, Patria y Letras, La Dinamita, allí escribió sus muy numerosos versos que luego publicó en libros y desde allí dirigía el Ateneo Bejarano que fundara. Y, por supuesto, vendía libros. Pero no sólo. Al parecer, en el cristal del escaparate colocó un aviso en letras de molde en el que simplemente decía: “Ya los hay”. Se refería a los condones, que él vendió el Béjar por vez primera.

sábado, 12 de marzo de 2011

Bejatorio

“Asunto bejarano que produce humillación o sonrojo”.

Las calles tienen tu nombre, novela de Óscar Rivadeneyra

De manera silenciosa, el profesor, pintor y escritor Óscar Rivadeneyra ha publicado una novela. Llegó a las librerías a últimos de diciembre pasado y lleva el título de Las calles tienen tu nombre. La edición parece que corrió a cargo de TGC Cultural, un nuevo sello editorial bejarano que con esta obra parece abrir catálogo, o cuando menos cobijo.
El autor, de ya larga trayectoria en la vida cultural bejarana, era hasta ahora conocido sobre todo por su actividad pictórica, y en menor medida periodística, pero nos ha sorprendido ahora con esta incursión en la narrativa que sólo podemos elogiar, al tiempo que recomendar su lectura a todos aquellos (tan escasos y menguantes) que aúnan afecto a la literatura y a la reflexión sobre el devenir de Béjar.
Porque, efectivamente, ese es el cruce de intereses en que Rivadeneyra ha fijado el propósito de esta exquisita novela. Por una parte tenemos un ejercicio literario que he de reconocer de alto esfuerzo: la novela no se deja leer fácilmente, hay que estar muy atento al uso de la palabra, de una densidad absoluta, en la que nada es superfluo y cada frase produce giros en los que el lector distraído puede perder el hilo de Ariadna con que Rivadeneyra ha tejido una trama en varios niveles que multiplican el disfrute de la narración. Uno de ellos, el más obvio, es el del bildungsroman, la novela de formación: el protagonista Miguel es un púber enamorado de una chica unos años mayor que él, pero que a su vez no deja de ser ella también una adolescente; a través de esta situación, excusa más que eje central de la novela, conocemos la evolución y maduración de los sentimientos del chico que está despertando a la vida. No tendría valor para los lectores bejaranos si la novela sólo tratara de un lazarillo más que se da de coscorrones en un puente romano y toma conciencia de sí mismo. El valor bejarano de la novela y el mérito de Rivadeneyra está en haber situado al protagonista como observador ajeno, con una mirada abarcadora y escrutadora, en el borde del círculo cerrado en el que se movía una burguesía decadente que estaba a punto de colapsar, y a partir de ahí dibujar un magnífico retrato de ese desmoronamiento, en los años inmediatamente posteriores a la muerte de Franco.
El bisturí de Rivadeneyra saja ahí el panorama de contradicciones en el que la endogamia de la burguesía textil bejarana camina desde un mundo amurallado y cerrado a un mundo poroso, dubitativo y premonitorio de su extinción. Así, la novela oscila con sutileza máxima entre un Béjar eludido y un Béjar aludido, pero lateral en todo caso, sin alcanzar en ningún momento el escenario central, que está siempre ocupado por esa mirada de intruso asomado a la tapia tras la que se divierte la muchacha rubia de ojos azules, metáfora definitoria de la secular relación entre la ciudad y su burguesía.
Desde otro punto de vista, más entretenido, la novela se ambienta en los años más cruciales de la Transición, con acertada inserción de hechos, circunstancias y anécdotas reales que sucedieron en Béjar en aquellos años, como la llegada al poder municipal de los socialistas con Juan Belén Cela al frente, pero no deja de ser un mero trasfondo que no le roba el plano en ningún momento a la reflexión sobre el origen primero de la decadencia general de Béjar que hoy padecemos.
Al paso, el lector se regocijará enormemente en el juego de desentrañamiento de los nombres falsos u ocultos bajo los que se esconden otros reales, porque la novela también adquiere, para mayor disfrute, la forma de roman à clef, novela en clave donde detrás de la mención a un triste tigre, por ejemplo, se está aludiendo a un arqueólogo o a un médico conocido, seguramente.
[Publicado en Béjar en Madrid, n.º 4.642, 4 de marzo de 2011]

Erre que erre con el Palacio Ducal

Vuelta la burra al trigo. En vísperas electorales, y en medio de una sufrida crisis que todo se lo lleva por delante, tanto el PP como UPS locales al vuelto a meditar sobre la conveniencia el uno de volver sobre los pasos andados y ubicar el ansiado Parador de Turismo en la finca de El Bosque, mientras que el otro preferiría llevarlo al Palacio Ducal.
En mala hora el señor duque se vino abajo y nos dejó esa herencia. El Palacio Ducal fue malviviendo desde su compra en 1869 con un uso escolar y luego militar, pero en verdad nunca supimos qué hacer con él y hemos tratado de quitárnoslo de encima a toda costa. Cuando Alfonso XIII visitó Béjar, las autoridades le entregaron una carta en la que le ofrecían el palacio para un uso militar o para lo que fuera, pero que se hiciera cargo y que a la municipalidad no le costara un duro. No funcionó. Franco nunca vino, pero se lo hubieran ofrecido igual. Cuando vino el ministro de Educación Nacional Ruiz-Giménez se le volvió a ofrecer para uso universitario y dijo que se lo pensaría. También El Bosque se le ha ofrecido a la Universidad, pero hace una docena de años que no sabemos qué hacer con él ni cómo quitárnoslo de encima.
Estas luces son las que nos alumbran.

jueves, 10 de marzo de 2011

Hoyamoros

Qué demonios de relación anónima, fortuita o telúrica podrá haber en el hecho de que el punto de nacimiento del río Cuerpo de Hombre en la sierra de Béjar lleve el nombre de Hoyamoros, tan de la misma procedencia que el que lleva el punto más alto de toda la península Ibérica, en Sierra Nevada: Hoya de la Mora.

sábado, 5 de marzo de 2011

To

1. “Voz de exclamación que pronuncian los nativos para demostrar que son de Béjar”. 2. “Exhibición idiomática que limpia, fija y da esplendor frente a Salamanca y el resto del mundo”. 3. “Abreviación local de la expresión cagüentó”. 4. “Bilingüismo minimalista”.

Agua de Estigia

«Y aun no se me figura que me toca
aqueste oficio solamente en vida;
mas con la lengua muerta y fría en la boca
pienso mover la voz a ti debida.
Libre mi alma de su estrecha roca
por el Estigio lago conducida,
celebrándote irá, y aquel sonido
hará parar las aguas del olvido.»

GARCILASO DE LA VEGA

Sociedad civil

En estos días oigo mucho en los medios de comunicación generales la expresión sociedad civil en relación con los acontecimientos que están teniendo lugar en el Magreb. Entiendo bien el sentido que pueda tener en ese contexto, en tanto que contraste con el fuerte autoritarismo, si no la dictadura, del poder establecido. La invocación a esa perífrasis es un llamamiento contra el poder militar y la fuerza bruta.
Lo entiendo menos cuando veo la misma expresión en algún medio de comunicación bejarano y aplicado al poder local. La hinchazón retórica de palabras sonoras para cargarse de razón roza el peligro, cuando no la insensatez, del populismo, tan nefasto como el autoritarismo.