jueves, 30 de septiembre de 2010

San Miguel



Ayer fue san Miguel. 29 de septiembre. El arcángel san Miguel es el jefe de los ejércitos de Dios en la tradición judía, islámica y cristiana. Lo sabemos todo sobre la celebración de la fiesta de la Virgen del Castañar, pero nada de la de san Miguel, que tiene un montón de patronatos a su cargo, entre ellos el de nuestra ciudad. También será el encargado de tocar la trompeta el día del Juicio Final. Esperemos que no comience precisamente aquí, con la cantidad de sitios que hay por ahí para empezar el mayor festival de jazz de la historia. Aquí quedaría bien que lo hiciera Juanma García, que sería lo propio y le daría un swing latino.
¿De cuándo procede que San Miguel sea el patrón de Béjar? No he leído nada, o no lo recuerdo, o no me fijé en ello si lo hice. La devoción del Ducado por la orden franciscana fue tan grande que propició una larga presencia de la misma en Béjar, ayudando y protegiendo no sólo un convento masculino, sino también otro femenino, el de la Piedad. El primero data de 1310, casi un siglo anterior a la presencia de los Zúñiga en Béjar; el segundo fue directamente cosa suya, a finales del siglo XVI. El convento de San Francisco, cuando se creó y durante largo tiempo, perteneció a la Provincia de San Miguel, en el reparto territorial que la Orden tenía en el país; posiblemente no sea ese hecho ajeno al patronato que se le concedió sobre la Villa de Béjar, aun cuando en 1575 el general de la Orden, desde Roma, expidió la patente por la cual el convento bejarano pasaba entonces a pertenecer a la Provincia de los Ángeles, abandonando la de San Miguel.
Pero el arcángel se quedó para siempre como patrón de Béjar, con escasa fortuna. Antaño tuvo una feria de ganado en torno a su fecha que fue muy celebrada, pero desde que la industria automovilística y la agrícola sustituyeron la tracción animal por la mecánica la feria decayó bastante. Tuvo también su ermita, de la que nada queda. Y un parador de viajeros, del que nos queda una fotografía. No tengo certeza de que exista ningún cuadro, ninguna escultura, ninguna asociación, club deportivo, certamen, qué sé yo, ningún otro detalle que nos recuerde su presencia en la ciudad. En el reparto de honores locales, a san Albín le tocó un puente, a san Gil un reloj, a san Nicolás un teso, a santa Ana un parque y a san Miguel, quizá por estar cerca de todos nosotros el día del trompeterío final, le tocó el cementerio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario