domingo, 23 de agosto de 2009

Bocazas

Diego A. Manrique llama bocazas con guitarra a Ted Nugent en un artículo de prensa. El viejo roquero tenía una columna en un periódico ultraconservador de Texas desde la que lanzaba variados y exquisitos improperios contra todo lo que se movía. Por ejemplo, a Obama le despachó con un "es un mierda y le digo que chupe mi metralleta". Los dueños bienpensantes y ordenados del Waco Tribune Herald le pidieron moderación. No hubo manera: hartos de las andanadas contra cualquiera que no pensara como él, han despedido al guitarrero Nugent.
Los propietarios tan sólo le pedían un mínimo de profesión: 1) que sus textos fueran reflexivos; 2) que evitara los ataques personales en sus columnas; 3) que sus palabras trataran con un mínimo de respeto a los políticos con cargo; y 4) que sus columnas ofrecieran alternativas en vez de meros ataques.
No he podido por menos que acordarme de cierta colaboradora del semanario Béjar en Madrid que semana tras semana echa sapos y culebras de todo lo que no se atenga a su ideario, como fiera de fauces que hacen temblar, si no fuera porque está enjaulada en el desahogo inocente. Pero no estaría de más que alguien le recordara los preceptos que el Waco Tribune Herald le impuso al despedido Nugent.
Por cierto, allá por los años setenta mi hermano Miguel quiso una vez comprar un disco del tal Ted Nugent y se equivocó, trayendo a casa uno de Todd Rundgren. Qué bendito error produjo aquel día el azar, porque Rundgren luego y hasta el día de hoy vive en el altar de mi tocadiscos. Un santo de vinilo.

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